Palabra en testimonio

by - lunes, junio 08, 2009

Buenos Aires, 1973.
Editorial Adunar.
Ilustración de Rubén Rey.
Poesía.
 

Mi hermana Raquel 

Bebe la rosa fresca 
el aire que dispuso el dolor y el silencio. 
Eres náufraga sin horas debilitando vientos. 
Sentiste, hermana mía, 
el corazón del pobre, 
las manos abiertas de las rocas que caen, 
el calendario que moja la tibieza, 
el océano, 
la diminuta flor 
hasta cubrir la tierra en un rumor total. 
Amabas melancólica la tarde 
cuando tu hombre pintó la indivisible sombra, 
el minuto que fluye de las venas, 
la brevedad del sol junto a Matisse. 
Eres sensible como un barco inundado. 
El amor, 
la infancia mirando el terror del mundo, 
un suave atardecer cansado de preguntas. 
Recuerdo libros en inglés 
que golpearon la voz de aquel que fui. 
Entonces 
como un loco dolorido corro con los ojos ocultos 
y me despierto en el anhelo de lo simple, 
con el regresar piadoso de tu mano, 
en la pequeña palabra que araña una manía. 
Bebe, amiga débil, bebe 
que me pesa tu asombro, 
la duda del salario, 
el alimento. 
Por instantes 
no sé si te ahuyenta el saber 
que devoro la vida en un poema.

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Poética

Hay tanta vida
que se quema la voz.
Más allá
la mirada creciendo por la sangre
como una parte del silencio,
del amor o la muerte.
Más acá en el sudor del cuerpo,
con los labios de todos,
para todos,
la revolución.

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Algo violento hay

Algo violento hay 
que nos recorre el cuerpo.
Algo violento hay 
cuando repito un apellido 
en susurro, 
cuando miramos sospechosos, 
como si un cuchillo 
nos persiguiera invisible. 
Algo violento hay 
cuando tus ojos se quedan para siempre 
y tu cuerpo lleva el golpe inconcluso, 
la distancia del mar, 
el misterioso encierro de un número. 
Cabría preguntarnos 
¿por dónde empieza todo, 
por dónde caminó tu sombra 
cuando murió la sangre, 
por dónde nos buscamos, 
con qué corazón intentamos amanecer? 
Algo violento hay 
algo nos pasa 
con estos muertos, con estos acosados, 
que se comen la tierra y la falacia. 
Algo violento hay 
cuando calla tu voz 
o cuando el hombre esconde su secreto.

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