La mirada roja

by - martes, junio 09, 2009

Buenos Aires, 1994.
Torres Agüero Editor.
Ilustración de Antonio Juan Oliva.
Poesía.


Carta a Severino

Tu acción, Severino, levantó utopías y demencias.
Convocó pasión e infortunio
en la falsedad de los discursos oficiales.
Aquellos emblemas
pusieron sobre el tapete la rutina y el temor
que los burgueses ocultan para su supervivencia.
(Divago ante el fulgor de rostros imbéciles).
La memoria hace mezquino el recuerdo:
ya no pueden maravillamos los andróginos
ni los habitantes de los bosques de Abarimón
de los que habló Plinio.
Hoy, jóvenes solitarios, comen hamburguesas en Mc Donald's,
urbanautas hipnotizados por la televisión
detectan plantas electronucleares
y se educan con publicidad.
Los nifios admiran deportistas en ESPN,
los homeless arrastran la segregación de la City.
Estas son algunas de las zonas degradadas.
Adolescentes desnutridos vegetan
entre la cerveza y el pegamento
mientras filósofos gimnosofistas
soslayan la pobreza y la "cultura Prozac".
En la India mueren de cólera; el SIDA es incontrolable en África.
Científicos continúan investigando una droga contra el cáncer.
Otros el infarto del miocardio y el estrés.
Después de años heroicos, napalm y mitologías
en Saigón desembarcaron American Express y Coca Cola.
Nadie recuerda, caro Severino, Hijos del Pueblo.
La divina plebe sobrevive en un bestiario medieval,
ahora está el videohome, el fax, la Reina Blanca.
Como infelices criaturas del limbo dantesco
los matrimonios se miran ausentes.
En las playas los bad-boys usan borceguíes
para no clavarse las jeringas que dejan los villa.
(Son los poderes taumatúrgicos de los reyes).
En esta tierra desolada la corrupción,
la "guerra sucia" y los desaparecidos
tienen la obediencia debida.

En Europa las vacaciones se hacen en Sarajevo,
en tours de tres meses.
Se lava en Suiza, en Medellín, en Hong-Kong.
(El viejo Marx y el joven Bakunin deben morir en paz).
El Papa
-bienaventurado Banco Ambrosiano, ténganos en tu reino-
habla del aborto, de los humildes, de las carmelitas descalzas.
Yuppies viajan desde Tokio hasta New York.
Los turistas son kodak en Acapulco.
Los silos harineros, en el puerto de Buenos Aires,
ahora son lofts de espacios circulares.
Es la era del shopping center, del bingo.
(Aquí vive Big Brother tal como lo predijo Orwell).
Se reciclan grandes tiendas en la Plaza Roja de Moscú.
Todo el mundo habla de marketing, de management.
Ahora el deporte es una industria más.
Ya no los juegos pitios, nemeos y corintios
de los que hablaba Píndaro.
Plácido Domingo actuará este invierno en Alla Scala de Milán.
Felizmente ya nadie es violento.
Salvo algunos indígenas y el ejército zapatista.
No existe el fascismo ni el marxismo ni el anarquismo.
Los cadetes de West Point y de todas las academias
creen en Dios.
Se preparan para proteger Wall Street.
La insensatez, Severino, es parte de la desventura.
Es patética la oquedad humana.

Carlos Penelas
(La mirada roja, Torres Agüero Editor, 1994)


Presentación
Salón Vecchia Unione, Buenos Aires, 13 de octubre de 1994. Presentó José Emilio Burucúa. Leyó Armando Equiza.

  


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